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tuve el don de tener un hijo con un tumor pediátrico poco frecuente: ganglioneuroblastoma. En la espesa oscuridad de la enfermedad, Giovannimaria siempre aportaba LUZ. Estuvo con nosotros 7 años; años de grande amor, dolor e infinita alegría.
Desde muy pequeño, mostró verdadera atención por la presencia de Jesús en la Eucaristía:
lo saludaba desde el cochecito en el sagrario o expuesto en la custodia, jugaba al escondite con él, y a menudo acompañaba algunos amigos sacerdotes mientras distribuían la Comunión a los fieles. Hablaba con su madre y
con un amigo sacerdote sobre su amor a
Jesús Eucaristía.
Nació al cielo en la solemnidad de Corpus Christi.
El sacerdote que lo había bautizado dijo
al recibir la noticia:
"se ha consumado como una hostia viva".
su madre
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